“Llego el momento de implementar la nueva estrategia de gestión de activos; sin embargo, no estamos seguros de hacerlo, es un cambio bastante radical que aunque sabemos que se necesita implementar por la nueva realidad, no sabemos si traerá los resultados esperados, cuando tenemos un constante cambio en el contexto operacional” fueron las palabras de un amigo director de gestión de activos en una empresa petroquímica. Tal vez por estos días, en esta misma situación se encuentran muchos líderes de mantenimiento y de gestión de activos, después de haber realizado una reorientación estratégica y haber obtenido un nuevo plan enfocado a la nueva realidad, donde se lucha por garantizar una sostenibilidad mientras pasa la pandemia y la ola posterior de recesión económica, que es más grande aun para las empresas.
Esta vivencia me motiva hoy a escribir el artículo de la semana, con el objetivo de hacer una reflexión sobre el reconocimiento de lo que está sucediendo en las empresas y las buenas prácticas en las que nos podemos apalancar para hacer frente a la situación.
En todas las empresas se han tenido que tomar medidas rápidas para afrontar la situación, pueden existir diferencias entre las empresas que definen la estrategia de una manera mucho más estructurada que otras, pero al final, se tiene un plan de acciones disponible para ejecutar y es justo en el momento de firmar, cuando a los responsables de autorizar la implementación de la estrategia, se les puede presentar la pregunta ¿se logrará los resultados esperados con esta estrategia?, si esta pregunta aparece instintivamente, es porque el indicador del miedo se ha encendido, Si señores, hay que llamarlo por su nombre, porque es un sentimiento natural innegable del ser humano que se expresa en el momento que se enfrenta un peligro que puede ser real o imaginario.
El miedo puede presentarse en una mayor o menor nivel y en muchas formas de expresión dependiendo de cada persona, sin embargo, no es nada raro vivir este sentimiento en una situación que presenta comúnmente uno o varios de los causantes de este sentimiento como lo son: desconocimiento sobre los eventos futuros (incertidumbre), presencia de escenarios negativos, sobre exigencia, novedad, expectativa… El hecho es que nuestro cerebro, al presenciar cualquiera de los causantes anteriores, nos genera tan importante pregunta, a la cual debemos prestar toda la atención con el ánimo de responder de la manera más sincera y apropiada y para ello lo mejor que puede pasar en ese momento es recordar que toda implementación estratégica debe estar acompañada de una gestión de riesgos. Aunque se halla hecho una revisión y planteamiento estratégico de manera muy disciplinada y metodológica, siempre la gestión de riesgos será el complemento apropiado para acercarnos a la obtención de los resultados esperados.
La implementación de una nueva estrategia debe considerarse como un proyecto que en un determinado tiempo debe lograr un objetivo propuesto, aunque por esta época de pandemia, los tiempos sean muy cortos para hacer los cambios planteados y la exigencia de calidad en nuestras operaciones de mantenimiento, así como los resultados esperados nos presionan fuertemente, siempre debemos tomarnos el tiempo para revisar la estrategia con los lentes que nos permite visualizar los riesgos, pues es la manera apropiada de lograr la seguridad en cada una de las acciones que vamos a implementar. Sin duda alguna, requiere aplicar la buena práctica de manera muy disciplinada cumpliendo con su paso a paso que a continuación recordaremos y tendremos muy presente en el momento de enfocarla hacia un cambio estratégico.
- Diagnóstico: Es vital reconocer en un análisis con información objetiva la situación que en este exclusivo momento se presenta para desarrollar la implementación de la estrategia, teniendo una detallada observación de los eventos que son diferentes en este periodo de pandemia e identificando lo que está pasando en el entorno de las personas, activos y operaciones de la empresa comprometidas. Como parte del diagnóstico se debe realizar una evaluación del nivel de riesgos, a partir de la identificación clara de los peligros y la valoración de la severidad de las consecuencias, la probabilidad de ocurrencia y la frecuencia de exposición.
- Evaluación de defensas: Conociendo al enemigo, o, en otras palabras, conociendo a detalle los peligros que amenazan la implementación de la estrategia, tendremos la oportunidad de identificar qué tipo de defensas necesitamos para enfrentarlos, y es allí donde debemos ser recursivos e incluso creativos para plantear las diferentes alternativas y hacer uso de los recursos y capacidades que tenemos disponibles y que en muchas ocasiones no utilizamos comúnmente.
- Diseño acciones de control: Teniendo presente que el nivel de riesgo se puede reducir mediante la implementación de medidas correctivas y preventivas, debemos tomar la decisión sobre las alternativas planteadas anteriormente para seleccionar aquella que nos permita llegar a un nivel de aceptación al riesgo que estemos en condición de tolerar bajo las circunstancias actuales y que siempre apunte a la sostenibilidad de la empresa durante el tiempo de pandemia.
- Implementación: Al tener definidas y claras las medidas a tomar, significa que ya existe un resultado concreto en el proceso de aseguramiento de la estrategia, ahora llega el momento de actuar con las primeras medidas que tal vez son de orden inmediato para corregir lo que está mal antes de colocar en marcha la nueva estrategia de gestión de activos y por su puesto las medidas preventivas se deben ir aplicando en el momento apropiado durante el desarrollo de la implementación.
- Aseguramiento: para terminar de garantizar la implementación de la nueva estrategia se requiere consagradamente establecer un proceso de monitoreo y medición continuos, y para ello es indispensable tener unos KPI y metas preestablecidas para las medidas a tomar y estar dispuesto a ser flexible y a gestionar el proceso de control de cambios que se amerite. Finalmente, para terminar de asegurar siempre hay que estar comunicando los resultados del proceso de aseguramiento para continuar en una sinergia constante durante toda la implementación de la estrategia de gestión de activos.
Dentro de ICTeam contamos con la plataforma de diagnóstico SEGMA que está al servicio de todas las empresas y está estructurada con todos los conceptos de evaluación de riesgos que deben ser tenidos en cuenta en el momento de hacer una definición estratégica del mantenimiento y la gestión de activos, facilitando la consistencia y seguridad estratégica que se requiere en estos momentos de crisis.
Finalmente les cuento que mi amigo al recordar los conceptos del aseguramiento de la implementación de un proyecto a partir de un análisis de los riesgos y al ser consiente que también es totalmente viable su aplicación en el cambio estratégico, respiro profundamente y dijo, “de algo estoy seguro y es que esta noche dormiré tranquilamente por que ya sé que hacer a partir de mañana”.