EL RENDIMIENTO DE LOS ACTIVOS ES EL ENFOQUE CLAVE DEL MANTENIMIENTO EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE.

En estos últimos meses cuando la inflación azota a Latinoamérica y las empresas con uso intensivo de activos físicos sufren sus impactos de manera significativa en sus estados financieros, al tener que enfrentarse con restricciones de toda índole, sanitarias, logísticas, financieras, comerciales, sociales, políticas, climáticas y lamentablemente hasta una guerra que mantiene la amenaza constante de globalizarse y que genera la más grande incertidumbre en los mercados internacionales, surge la gran inquietud ¿cómo hacer para que el mantenimiento y la gestión de activos soporten tan grandes presiones y aporten significativamente a la rentabilidad esperada de negocio y logren la transformación hacia una sostenibilidad corporativa?

En búsqueda de respuesta ante esta gran pregunta que me han transmitido en varias empresas, es importante que iniciemos con la comprensión de este fenómeno de alta presión, la cual se traduce en el área de mantenimiento y gestión de activos en una exigencia continua y creciente en obtener un mayor rendimiento de los activos. Las empresas que hoy cumplen con este poderoso objetivo, que son muy pocas en Latinoamérica,  es porque desde tiempo atrás venían madurando fuertes  pilares en materia de talento humano, operaciones, disponibilidad, confiabilidad, seguridad, calidad, presupuestos, logística, entre otras áreas básicas; sin embargo, a raíz de la disrupción global de la pandemia y el mercado, algunas empresas aprovecharon para reflexionar, reinventarse y reestructurar sus operaciones, interviniendo en un perfeccionamiento de sus equipos más valiosos y sus prácticas más críticas para el negocio y en ese ejercicio encontraron que una estrategia exitosa  para enfrentar los futuros escenarios desconocidos era incorporar la Sostenibilidad Corporativa e implementar todas las herramientas y operaciones que garanticen la rentabilidad financiera.

Hoy la sostenibilidad corporativa es un criterio imperativo en la toma de decisiones a todo nivel dentro de las organizaciones, pues teniendo en cuenta importantes referencias de empresas que reportan en bolsa, observamos que no solamente están siendo valoradas por su rentabilidad financiera, también están siendo valoradas por los indicadores de concepto en sostenibilidad corporativa, y que el Dow Jones nos presenta como definición:  “un enfoque de negocio que persigue crear valor a largo plazo para los accionistas mediante el aprovechamiento de oportunidades y la gestión eficaz de los riesgos inherentes al desarrollo económico, medioambiental y social”. Siguiendo a las empresas referentes que hoy son una realidad exitosa al valorarse por métricas de sostenibilidad corporativa, deberíamos reflexionar en materia de mantenimiento y gestión de activos dentro de nuestras organizaciones, ¿qué es la sostenibilidad en nuestra nueva realidad? Ciertamente en muchas empresas pueden creer que ya tienen una mentalidad de sostenibilidad, integrada en sus prácticas tradicionales de gestión de activos; sin embargo, el enfoque reactivo, en el que el equipo solo se repara cuando está averiado, no es justamente una mentalidad sostenible, pues está pasando por alto la evaluación continua del estado de los activos. Esta práctica es la nueva dimensión de la gestión de activos que crea la base para una estructura y un sistema de mantenimiento prescrito, que protege las mayores inversiones de capital de una organización en casos de mantenimiento diario e interrupciones inesperadas que se nos pueden presentar en esta nueva realidad.

Por otro lado, no debemos pasar por alto que la inflación ha subido significativamente en este último trimestre en todos los países de Latinoamérica y esto nos da una clara señal de dificultad que se presenta para adquirir capital de inversión a bajo costo, pues la mayoría de los bancos centrales de cada país a optado por subir las tasas de interés. Lo que nos implica la necesidad de tener en las organizaciones un plan de negocio que realmente proteja las inversiones en activos más costosos, apoyado de estrategias y políticas que velen por la rentabilidad financiera.

En síntesis, dentro de esta comprensión para obtener un mayor rendimiento de los activos encontramos que, la madures de las buenas prácticas, más la verdadera incorporación de la sostenibilidad corporativa y la generación de un plan de negocio que proteja las inversiones en activos costosos, exige al área de mantenimiento y gestión de activos, soluciones estratégicas realmente oportunas y apropiadas para enfrentar el reto concretamente y lograr una rápida transformación con su implementación. Es allí donde alternativas como implementar un sistema de gestión de activos como ISO 55000, que este sinceramente alineado al actual contexto operacional de la empresa, enfocado en la generación de valor a través del rendimiento de los activos, permitiendo reconocer y adoptar dentro de la organización la estrategia de la transformación y las políticas que aseguran el cumplimiento de los nuevos objetivos de la organización, se convierte en la primera alternativa por implementar. Posterior a ello hay que plasmar el sistema de gestión, en la cultura digital que exige la situación actual y para ello hay que conformar el ecosistema de tecnologías apropiadas y que están hoy disponibles en el mercado como lo son las aplicaciones EAM (Enterprise Asset Management), APM (Asset Performance Management), acompañados de toda la automatización de procesos y el uso de herramientas IoT (Internet de las cosas), AI (Artificial Intelligence, LM (Machine Learning).

Es importante colocar especial atención a estas nuevas tecnologías que hoy día son mucho más fáciles de implementar, son escalables y muy flexibles al estar en plataformas de nube; por ejemplo, el APM de Hexagon, de una manera muy practica rastrea la condición de cada activo en tiempo real, su modulo predictivo crea alertas sobre la condición del activo, analizando riesgos o deterioro tanto en tiempo real como antes de que sucedan las fallas. APM esencialmente rastrea la vida completa de un activo individual mientras capitaliza y sintetiza grandes cantidades de información capturada de redes conectadas a través de sistemas financieros y cualquier otro sistema crítico para el negocio. Este tipo de herramientas sin duda alguna, permite adoptar totalmente la cultura de sostenibilidad en el área de gestión de activos al recopilar y analizar la información dinámica y en tiempo real para predecir y prescribir el estado y el mantenimiento de los activos, sin necesidad de ejecutar un mantenimiento correctivo, reduciendo así los costos de manera significativa y aportando sensatamente a la rentabilidad financiera.

La invitación es para todas aquellas empresas identificadas por el uso intensivo de activos físicos, incluso para aquellas que están naciendo como aquellas perteneciente a generación de energías alternativas, a destinar el tiempo y los recursos necesarios para reflexionar acerca de la tecnología que se necesita incorporar, para definir la estrategia actualizada de la gestión de activos y para transformar y actualizar tanto procesos como activos con el objetivo claro de obtener un mayor  rendimiento de ellos como respuesta directa a estos tiempos de incertidumbre.

Comparte este post en tus redes sociales
Share on linkedin
Linkedin
Share on twitter
Twitter
Share on facebook
Facebook
Publicado en Blog.